sábado, 29 de agosto de 2020

HUÉSPED QUE NO AVISA

 


HUÉSPED QUE NO AVISA

HUÉSPED QUE NO AVISA




Amanecerás de nuevo,

sin ninguna palabra.

transparente

cómo una lámina de aire que puede doblarse.

cómo un absurdo inútil sin forma.

Impiadosa hacia mí

me miras

con un versículo en un ojo

que mi fe desconoce.

y te miro, tristeza,

cómo un mojado cartón,

una montaña invisible

que no modifica

ninguna escena.

Es un ruego tal vez

que des vuelta la silla,

ya soy testigo de mí

inventando nombre a las fisuras.

Él me ha perdido

pero en cada quebradura

él sigue ahí,

dónde los huesos queman

porque ha mordido el dolor

todo lo blando

sin detenerse, sin distinguir.

Si no te vas, no me mires al menos,

la silla esa es mía.


Mercedes Sáenz


No hay comentarios: