ÁRBOL EQUIVOCADO
Intento evocar lo que me oculto.
Un hambre harapiento de palabras,
la derrota que no entiendo,
de no sé qué guerras.
Invisible, invisible
el árbol de Diana me hace sombra
(tanta transparencia).
Me quito mi propio sudario
un hueco oscuro de pasillos
(no hay palabras, no hay despojos)
Era un almendro, creo,
uno que me miraba carey y en un solo tal vez,
algo sombrío.
Mercedes Sáenz
Intento evocar lo que me oculto.
Un hambre harapiento de palabras,
la derrota que no entiendo,
de no sé qué guerras.
Invisible, invisible
el árbol de Diana me hace sombra
(tanta transparencia).
Me quito mi propio sudario
un hueco oscuro de pasillos
(no hay palabras, no hay despojos)
Era un almendro, creo,
uno que me miraba carey y en un solo tal vez,
algo sombrío.
Mercedes Sáenz
2 comentarios:
Esos pasillos, esa transparencia de la sombra protectora y el almendro se ven, se huelen, se perciben... se sienten. Un poema que desbarata las rejas de la indiferencia y la nostalgia. Un abrazo enorme mi queridísima amiga
Carlos Eduardo
También acá, sigo sus huellas, Poeta y Escritora Mercedes Sáenz (así con mayúsculas).
Con una venia,
Tania Alegria
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