miércoles, 3 de junio de 2009

ÁRBOL EQUIVOCADO


ÁRBOL EQUIVOCADO



Intento evocar lo que me oculto.
Un hambre harapiento de palabras,
la derrota que no entiendo,
de no sé qué guerras.

Invisible, invisible
el árbol de Diana me hace sombra
(tanta transparencia).

Me quito mi propio sudario
un hueco oscuro de pasillos
(no hay palabras, no hay despojos)

Era un almendro, creo,
uno que me miraba carey y en un solo tal vez,
algo sombrío.

Mercedes Sáenz

2 comentarios:

Caselo dijo...

Esos pasillos, esa transparencia de la sombra protectora y el almendro se ven, se huelen, se perciben... se sienten. Un poema que desbarata las rejas de la indiferencia y la nostalgia. Un abrazo enorme mi queridísima amiga

Carlos Eduardo

Tania Alegria dijo...

También acá, sigo sus huellas, Poeta y Escritora Mercedes Sáenz (así con mayúsculas).

Con una venia,

Tania Alegria